miércoles, 6 de agosto de 2008

LA TORRE EIFFEL






Cuando fue construida era el monumento más alto del mundo, con 300 metros de altura (si se suma la antena de radio que se encuentra en su cúspide, su altura es de 324 metros). Estaba previsto que la torre alcanzase los 350 metros de altura, pero los vecinos se alarmaron por la amenaza de que un edificio tan alto pudiera caerse, y se manifestaron, provocando un cambio de planes. Los 24 últimos metros corresponden a una antena de radio que fue añadida mucho después.


El mantenimiento de la torre incluye la aplicación de cincuenta toneladas de pintura, cada cinco años, a efectos de protegerla de la corrosión. En ocasiones, se cambia el color de la pintura. El color original de la torre fue el amarillo, aunque hoy en día no quede nada de él.


Se considera que, aproximadamente, la mitad de las uniones con las que cuenta la estructura están realizadas por motivos de seguridad, es decir, que la torre se mantendría en pie aunque fallara la mitad de las uniones entre sus piezas. Entre 1889 y el año 2004, la Torre Eiffel recibió más de 200 millones de visitantes provenientes de todas partes del mundo. La Torre Eiffel es el lugar más visitado del mundo.


Además, en la parte superior existe un mirador, desde el cual se tiene una amplia vista panorámica de la ciudad de París; y al mismo tiempo se encuentra detallada la distancia a la cual están distintas ciudades del mundo, así como su ubicación.


La estructura comenzó a construirse en 1887 para que sirviera como arco de entrada a la Exposición Universal, una feria mundial organizada para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa. La torre se inauguró el 31 de marzo de 1889 y fue abierta al público el 6 de mayo de ese año.


Cerca de doscientos trabajadores ensamblaron las 18.038 piezas de hierro forjado, usando dos millones y medio de roblones, siguiendo el diseño estructural de Maurice Koechlin.


Debido a la proximidad del río y a la naturaleza del subsuelo, sus cimientos tienen, en cada uno de sus cuatro apoyos, una profundidad de unos 30 metros. Cada una de sus cuatro patas descansa sobre ocho gatos hidráulicos, por lo que se puede considerar que en realidad la torre tiene 32 patas.


El ingeniero francés Gustave Eiffel presentó primero su proyecto de torre a los responsables del Ayuntamiento de Barcelona, para que se construyera en esta ciudad con motivo de la Exposición Universal de Barcelona (1888). Pero a los responsables del ayuntamiento barcelonés les pareció una construcción extraña, y cara, que no encajaría en la ciudad. Tras la negativa del consistorio barcelonés, Eiffel presentó su proyecto a los responsables de la Exposición Universal de París, donde se erigiría un año más tarde, en 1889. Éstos aceptaron construir la torre, pese a que en principio pensaron que la tendrían que desmontar una vez acabada la exposición. Sólo la voluntad popular evitó que se derribase.


En la primera década del siglo XX, los parisinos mostraron su descontento con la Torre, que llegó a tal punto que el gobierno dio la orden de su demolición. Pero su grande y potente antena la salvó de su destrucción, ya que recibía ondas de radio alemanas, en la Primera Guerra Mundial, lo cual sirvió de gran ayuda a los aliados.
A través del tiempo la iluminación nocturna de la torre ha variado con regularidad. En ocasiones especiales se suele iluminar para estar acorde con la celebración. Tal fue el caso de la iluminación de color azul (distintivo de la Unión Europea) que se dio a la torre para conmemorar el Día de Europa en 2006.



Virtu

1 comentario:

Anónimo dijo...

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