lunes, 1 de junio de 2009

NADIA SENYCZAK






"En los años 90 decidí renunciar a la resistencia terca contra las tendencias vigentes en el mundo artístico y ser una pintora al margen, con mi idioma figurativo propio. La pintura naïf, como la de Henri Rousseau y Camille Bombois, fue mi gran ejemplo y la obra de esos pintores me incitó cada vez más a pintar.
Necesito este rito de la pintura para transportarme lejos de la realidad diaria del mundo. El ruido, la vida oscura y agresiva, que pasa alrededor de mí, me lastima el corazón. La confrontación diaria con las imágenes de pobreza, de violencia bélica y de polución alimentan la necesidad de crear otro mundo estético, donde todo sea agradable y silencioso. Cada cuadro es una escenografía donde reinan armonía y equilibrio, donde el silencio es el idioma de las figuras que se bañan en la nostalgia y melancolía. Mis pinturas son pequeños refugios en el caos de la vida. Producir estos refugios mantiene mi equilibrio interior y sólo puedo esperar que el espectador también saboree ese silencio y que disfrute."

Nada más que añadir, Nadia lo expresa muy bien.
Ahora sólo toca disfrutar de su obra. Magnífica, alegre y colorista.

Virtu

2 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

REALEMENTE ESTAS PINTURAS SON UN REGALO PARA MI VISTA Y UNA ALEGRIA PARA MI MENTE. GRACIAS POR MOSTRARLAS.

Anónimo dijo...

Estamos de acuerdo, la pintura naif es alegre y colorista. Nos alegra saber que te gusta también a ti.
Un saludo.
Virtu y Marian.